El alcalde Enrique Peñalosa formalizó este viernes ante el Concejo de Bogotá una de sus iniciativas más controversiales: vender la Empresa de Teléfonos de Bogotá (ETB). Lo hizo durante la radicación de su Plan de Desarrollo ante el cabildo Distrital, argumentando que con los recursos de la venta, apalancará la inversión en colegios, hospitales y vías.
Según el mandatario, la idea de vender las acciones que el Distrito tiene en la compañía –es propietario del 84,4% de la empresa– responde a la necesidad de construir 30 colegios, cuatro hospitales, más vías, un centro de comando y control e instalar cientos de cámaras para mejorar la seguridad, así como una inversión en la atención de los niños de 0 a 5 años. Dijo Peñalosa:
“Ustedes saben bien qué ciudad nos entregaron. Acá hubo despilfarro, desgreño administrativo. Pero lo cierto es que con una ciudad sin recursos tenemos un doble desafío: cumplir con nuestra promesa de sacar a la ciudad adelante, construir la Bogotá que todos queremos y nos merecemos, y conseguir los recursos para ello”.
La controversia por la venta de la ETB la abrió el propio presidente de la compañía, Jorge Castellanos, quien en marzo pasado dijo que la empresa atraviesa una situación difícil y que se debe pensar en conseguir un socio estratégico o vender. Justificó su pronunciamiento en las cifras del 2015, que supuestamente muestran un panorama desalentador. A pesar de la gran inversión en infraestructura de los últimos años, no hay clientes que la hagan rentable, algo que se vio reflejado en las pérdidas del año pasado que ascendieron a los $36.538 millones, cifra similar a los $38.000 millones de pérdidas que se registraron en 2014.
Peñalosa respaldó este diagnóstico al sostener que la ETB ha pasado a ser un competidor menor en una industria de telecomunicaciones, dominada por una intensa competencia del sector privado, alta volatilidad tecnológica y economías de escala que la empresa no posee. Ante este cambio tecnológico, regulatorio y de negocios, advierte, la empresa ha venido perdiendo clientes y valor por más de una década. Argumentó la Administración Distrital:
“La empresa capitalina no tiene hoy escala para innovar, realizar las inversiones necesarias y crecer. Además, con una participación tan disminuida en el mercado, hace muchos años perdió su papel como operador dominante del mercado y pasó de ser el líder a seguidor de los competidores privados en precios y tecnología”.
