El Síndrome de la obsesión compulsiva

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¿Cómo explicarse que apenas abre uno el “Face” (es el que más uso) se encuentra con andanadas de insultos para dirigirse a algún personaje, y que casi automáticamente lo encuentre a lo largo de la navegación? Además, ¿a quién sirve, de los usuarios, esa lluvia de madrazos y groserías para citar al mentado personaje?

¿Cómo interpretar a quien después de lanzar una serie de vituperios, llama a la cordura y endilga a la persona atacada de manera vehemente y con afirmaciones por confirmar, que es el que fomenta la discordia y el odio, tufillo que se huele en su redacción?

Pues yo creo que me lo ayuda a interpretar San Google:  “Trastorno obsesivocompulsivo es un trastorno crónico (duradero) frecuente que se caracteriza por pensamientos incontrolables y recurrentes (obsesiones) que pueden llevar a las personas a tener comportamientos repetitivos (compulsiones)”.

Pero como no me satisface decido armar una definición que más se adapte a lo que quiero hallar en estos mensajes y me aventuro a pontificar: “existe una patología que consiste en repetir indefinidamente y muy reiterada un pensamiento, una idea, lanzada desde lo emocional, de forma adjetiva, y que se convierte en herramienta para darle salida a su compulsión.”

¿Me quedó bien?, !Claro!, se llama: Síndrome de la obsesión compulsiva. Con estos instrumentos puedo darle vía a mis escritos.

Lo primero que veo es: “banda criminal” “ladrones” “asesinos” “genocidas” y pienso que a lo mejor es un informe de orden público, pero no, es un discurso de campaña por parte de candidatos a dirigir el país. Personajes que están dispuestos a sacrificar su existencia en pro de la humanidad. Eso es lo que debe ser. Lo que no me explico es por qué la agresividad, para llevar a cabo el ejercicio de ganar simpatías. Y acudo a tratar de descifrar este interrogante y traigo a cuento la palabra obsesión, definida como ese acto compulsivo que ejerce una tiranía sobre la mente y que se convierte en una idea fija que sale a flote muy a menudo frente a una determinada situación y acudo a otra palabra muy usada: secuestrador ahí me encuentro con un coro de voces que gritan hasta desgañitarse: Secuestrador, y no vale aclaración sobre lo falso de la acusación.

Esta palabra la va uno a encontrar en muchas partes de las redes, no importa que haya sido refutada. ¿Qué sucedió? que la idea se asentó tercamente y toma vida cada vez que sea necesario utilizarla, porque es un arma de opinión que debe de cumplir su función: destruir al contrario. No aporta nada al usuario, pero si hace mella en el lector o en el oyente que fanatizado, la repite sin más. Pero esa palabra es un mensaje que cumple la consigna Nazi de convertirla en verdad así sea mentira y entonces tiene una particularidad: tiene un amo y un esclavo ¿cómo así? me diría mi amigo Luis Gabriel. Si, uno es el poseedor y otro el dinamizador que tiene la voluntad depuesta y solo repite.

Obsesión y compulsión se complementan y el que la ejecuta es el esclavo, que adopta la obsesión y la compulsión repitiendo la idea o el mensaje sin voluntad propia, en todo momento, sin cuestionar, descontextualizada, y va creciendo un odio al otro que enceguece de pronto en masa y lleva a esa masa a acciones según el objetivo diseñado desde el amo: miedo, odio, violencia, que han dado resultado a través de la historia pero que parecieran nuevos.

La guerra sucia apela a dominar la mente y lleva a ejecutar actos de barbarie como la eliminación del contrario, porque aquí prima es el sometimiento a una idea para ponerla al beneficio de alguien y que ha costado tantas vidas.

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