Visitando las bibliotecas públicas del Distrito

En junio de este año la emisora Vientos Stereo fue seleccionada en una convocatoria de  Biblored, dirigida a medios comunitarios, para visibilizar las bibliotecas públicas del Distrito.

Por Hernando Urrutia – Vientos Stereo

Nuestra propuesta tenía como objetivo promover las diferentes iniciativas que se están poniendo en marcha desde las bibliotecas La Victoria, Carlos E. Restrepo, Gabriel García Márquez El Tunal y Perdomo Soledad Lamprea, ubicadas en las localidades de San Cristóbal, Antonio Nariño, Tunjuelito y Ciudad Bolívar.

El proyecto establecía la realización de un programa de radio desde cada una de las bibliotecas mencionadas anteriormente, de una hora de duración y en vivo a través de nuestra frecuencia abierta 94.4 FM y nuestras redes sociales,  con la participación de los coordinadores, mediadores de lectura y comunidad en general, donde se visibilizaron programas como los clubes de lectura para los niños y adultos mayores, cuadras lectoras, el café literario, los laboratorios de co-creación, cine foros y los títulos de libros más representativos, entre otros temas, además de la realización de entrevistas con usuarios.

Durante los meses de julio y agosto de este año adelantamos esta propuesta con gran entusiasmo, ya que encontramos una gran acogida por parte de los funcionarios de Biblored, hallando a nuestro paso cantidad de iniciativas para atraer a los bogotanos al mundo de la lectura. Además, cumpliendo con los términos del proyecto, sonaron cuñas promocionales de Biblored a través de las emisoras comunitarias de Bogotá: Radio Sur, Suba al aire, Vientos Stereo y La Norte. A manera de aporte al aprendizaje social queremos dejar las siguientes reflexiones.

En este ejercicio, encontramos unas bibliotecas públicas con fuerte arraigo en la comunidad y de utilidad plena en la necesidad de acceder a los libros por parte de los ciudadanos, estableciendo una hermandad entre la consulta tradicional y las nuevas ofertas tecnológicas, sin reñir, sino más bien complementando la consulta generacional. Dicho esto, celebramos la vigencia de esta institución como lugar de encuentro entre la necesidad de saber y la labor y tarea del Estado que es facilitar el conocimiento. Nuestra observación es que lleguen a las bibliotecas públicas muchos más títulos de autores tanto clásicos como actuales.

Haciendo historia encontramos que desde la tableta de arcilla a la USB ha sido una constante lucha entre la barbarie y la nobleza. Una lucha por preservar la memoria, pero no solo eso, sino también ponerla al servicio de la sociedad en aras de facilitar el viaje al conocimiento, al saber ancestral y a la vigencia de la memoria misma, porque la biblioteca no es solo una colección de libros juiciosamente seleccionados, sino que se convierte en un sitio de encuentro de seres humanos que construyen sociedad, de lugares, refugio muchas veces de soledades que establecen conversaciones con el pasado y con el presente, que encuentran la posibilidad de cotejar información valiosa para nuevas interpretaciones producto del conocimiento y que se siente válido exclamar ¡Cuántas investigaciones se hubieran frustrado si no existieran las bibliotecas!

Por eso, adentrarse en las instalaciones acogedoras de las bibliotecas públicas de Biblored es ponerse en contacto con seres humanos que trabajan diariamente por edificar humanidad, convocando a los protagonistas de su comunidad a encontrarse en los talleres de cuento, en la apuesta materno-paternal con los bebés, a viajar a domicilio con el préstamo de libros entregados en su casa, en ese apartamento en donde cada vez hay menos espacio para la lectura. Nos sorprendimos gratamente al encontrar una perfecta armonía entre la consulta física y la virtual que no se contradicen, sino que se complementan y que augura larga vida al texto físico, complementado con el avance tecnológico.

En la medida en la que avanzamos en la realización del proyecto, descubrimos un elemento importante para el sentido de pertenencia: el rescate de las leyendas, mitos e historias que nos llevó a conocer narrativas históricas en la propia voz de los habitantes del territorio, con personajes abundantes en narraciones telúricas pero universales y autores con varios libros publicados y preparando otros.

No podemos pasar por alto, las figuras en plastilina de los personajes de García Márquez en la biblioteca del mismo nombre en el parque El Tunal, celosamente conservados en homenaje a uno de los verdaderos candidatos a ser el gran colombiano. Fueron cuatro programas en los que aprendimos, en ese aprendizaje imperceptible, que  aflora en las charlas sobre el tema.

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