Compra devotos

Por: Hernando Urrutia Vásquez

Definición:

Es una transacción en donde existe una demanda para negociar favores, materializado en que una parte accede a actuar a favor de la otra.

No necesariamente la cancelación del compromiso es en metálico u otros mecanismos que impliquen dinero, así que esa mencionada compra implica un trueque de voluntades. Dicho esto, podemos ampliar la visión que se ha circunscrito a la compra y venta en dinero de la mercancía en cuestión: el voto… Esa compra se da en distintas escalas como por ejemplo una asamblea comunal puede haber una lista que gane porque una de las listas tiene una alta relación con un político importante que puede comprometerse a resolver un asunto de empleo.

De esta manera aclaramos el panorama político en donde la corrupción es ingrediente impajaritable en estas acciones en donde la compra de votos puede venir por distintas direcciones: tú votas yo te cancelo tanta plata o a cambio que me consigas tanta cantidad de votos. Pero no solo es eso, también hay líderes que tienen la capacidad de congregar a la comunidad para escuchar ha determinado político en ese ejercicio la recompensa se da en especie, en elementos tangibles como: tejas, materiales para empezar un sueño que no se termina, o en efectivo y otras veces se plasman en becas, puestos o posibles contratos.

Ante esto que ya se puede calificar como “inversión” en votos, o más precisamente: corrupción electoral, se siente impotencia de poder actuar porque si lo del dinero es evidente, ¡los otros mecanismos no? ¿Tiene algo de malo que mi hijo aspire a ser profesional y el “Doctor” lo quiera ayudar? así que el dominio, el poder, como anotamos en otro artículo, empieza con el tamal y mientras esto funciona, seguirán habiendo Gerleines que se despierten solo cuando empiezan las elecciones, que confiesan descaradamente la compra de votos mientras reclaman transparencia. Hay que ver a líderes comunitarios haciéndoles reuniones a los caciques tradicionales y eso es legal y chistoso verlos entrar a una sede  de campaña y salir para otra todo dentro de la normalidad porque cada uno busca su propio destino, mejor dicho casi que se está de acuerdo con uno de los Nule “la corrupción es inherente al ser humano”, o lo que dijo Odebrecht parodiando a Monterroso “yo no los corrompí, cuando llegué ellos ya eran corruptos” y con mucha razón porque quien lo dice es un personaje que corrompió todo un continente.

La coima tanto en lo privado como en lo estatal es una costumbre normal porque usted para agilizar un trámite tiene que “untar la mano” y quedar altamente agradecido con quien le ayudó desde adentro.

El desafío es cambiar el estado de cosas, cosa que no le veo remedio a no ser que nos inventemos un juicio para juzgar en donde empieza lo legal y en donde lo ilegal. Me declaro incapaz de encontrar una fórmula y no quiere decir que esté de acuerdo con esta manera de actuar.

Una reconocida senadora pronunció una frase bastante diciente “el político le hace a uno favores el técnico, no”, desarrollando tan genial frase y desentrañando el mecanismo con el cual han gobernado nuestros dirigentes, los compromisos que se generan vía política que construyen un andamiaje de dependencia muy difícil de romper.

Ahora cuando se acerca la época electoral se evidencia la feria de parte y parte, unos ofreciendo y otros recibiendo.

 

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