Por: HERNANDO URRUTIA Director de Programación Vientos Stereo
Los últimos acontecimientos han madurado el conocimiento que la gente tiene del Esmad, se ha hecho más evidente su labor represiva y contenedora cumpliendo con lo que significa su sigla escuadrón móvil antidisturbios, ya a partir de tratar de definir su filosofía y papel en la sociedad se ve que es un cuerpo especializado a través del tiempo mucho más violento y con más licencia de actuar aun con las consecuencias que hemos visto en las marchas.
Esto que nos parece un atentado a la seguridad de los ciudadanos que se acogen a la constitución para expresarse, es muy normal para nuestros gobernantes porque ese cuerpo se hizo para proteger los intereses del orden establecido y punto. Quien le busque derechos humanos, solidaridad con los lesionados en estos enfrentamientos está como diría juanpis miando por fuera del tiesto, simplemente porque todos los días son aleccionados contra los “hijueputas tirapiedras” y cuando salen a cumplir con su misión ya van envenenados, que es lo que se necesita para “mantener el orden”.
Cada día será más violento ese cuerpo porque así fue concebido, y quién sabe que más sofistificación se implementará porque también se tiene que aplicar la ley de la guerra a una población que cada vez está más apretada por unas leyes que destruyen la economía, desnacionalizan nuestros recursos, depauperizan el trabajo y dejan en manos de los extranjeros nuestras riquezas y entonces uno se pregunta: ante la inconformidad que hay por el envenenamiento de las aguas subterráneas de Santurbán a quien recurren nuestras autoridades?
A un cuerpo que le dé garantías de contener los disturbios y ese cuerpo es el esmad, lo demostró el alcalde Peñalosa que en cambio de diálogo le enviaba este escuadrón a los manifestantes que protestaban por el pésimo servicio de Transmilenio.
Por eso perdónenme lo crédulos pero, así les toque judicializar a miembros de este cuerpo por abusos, el Esmad como institución no tiene visos de desmontarse.
Rueguen lectores que yo no tenga razón.
Foto: Tania Liliana Duarte Giraldo.
Foto: Hernán Riáño