El 26 de septiembre de 2016 pasará a la historia como el día en que se firmó un acuerdo de paz para acabar una guerra de mas de 50 años en el país, en el que se sumaron diferentes conflictos y se hicieron varios intentos de acabarla por parte de algunos presidentes.
Después de cuatro años de negociación entre el Gobierno Nacional y las FARC-EP en la Habana, con el aporte de varios gobiernos como Cuba y Noruega, por fin se llegó a un acuerdo el pasado 24 de agosto, dia de la publicación del acuerdo final, con la firma definitiva el 26 de septiembre en Cartagena.
El 2 de octubre, para cumplir con la palabra empeñada, el presidente Santos citó a los colombianos a un plebiscito con el fin de que fueran los ciudadanos quienes dijeran si estaban de acuerdo o no con lo pactado.
Después de la firma y el referendum, queda un agitado camino en el Congreso de Colombia para aprobar las leyes acordadas que lograrían la concreción del Acuerdo Final.
Al acuerdo le han salido enemigos, las iglesias cristianas decidieron, con argumentos baladíes, declarar su posición negativa a los acuerdos firmados con la insurgencia.
También, sin argumentos, el senador Uribe, ahora con su partido en pleno y el ex procurador Alejandro Ordoñez, desde el inicio de las conversaciones se manifestaron en contra de ellas y obviamente están en contra del Acuerdo Final.
Quienes están de acuerdo con el acuerdo, en su mayoría, son los jóvenes que no quieren morir en una guerra eterna, quieren una nación que los trate como hijos y no como parias o enemigos. Quieren vivir en paz para contribuir con el desarrollo de uno de los países con mas riquezas naturales del mundo.
Muy difícil ha sido el recorrido para llegar al Acuerdo Final, esperamos que el dos de octubre todos los ciudadanos colombianos voten con un criterio propio habiendo leído el Acuerdo Final, sin dejarse influenciar por nadie sino pensando en el país que les dejarán a sus hijos. Esta decisión es crucial.
Por: Hernán Riaño
Foto: bbcmundo.com
