
Por Hernando Urrutia Vasquez
La decisión del Consejo de Estado que echa para atrás la consulta promovida por los grupos y asociaciones animalistas (la consulta antitaurina) fue mal recibida por los defensores de los animales que inmediatamente empezaron nuevas iniciativas incluyendo tutelas y actividades que encaminen a Bogotá y a la nación a suprimir lo que ellos denominan salvajismo y tortura contra los animales, en este caso el toro.
Este fallo tiene algunos recursos legales para tratar de anularlo:
- Impugnar el fallo
- Pedir revisión a la Corte Constitucional
- Recolectar firmas para la modificación de la ley en el Congreso de la República
Estas posibilidades no cuadran con el tiempo que le queda en la administración a Gustavo Petro, entusiasta antitaurino que es acusado incluso de prohibir las corridas de toros en la capital, cosa que desmiente el activista Carlos Crespo.
Así las cosas lo que se ha aclarado es que el movimiento no es del alcalde y por lo tanto él sólo está acompañando este proceso desde la mirada del maltrato animal, así como sucedió con las zorras de caballos y los espectáculos circenses sin animales que trae a la memoria la administración Antanas y al inicial fallo de la Corte Constitucional.
Por todos los trámites burocráticos de rigor es de predecir que el año entrante, esta polémica práctica nos tendrá entretenidos sin emular las decisiones de algunas ciudades que en la propia meca del toreo como España han prohibido el arte cuchares.