Existe el cuerpo como negocio, pulula el alma asesinada desde sus entrañas, se juega con la inocencia ofertada desde el mercado, la inocencia está en manos de los filitraficantes y se generan hechos feminicidas, todo aquello conforma el espectro del paisaje sumido en la oscuras profundidades de la ilogicidad que desde el discurso de la protección se negocian con los párvulos por parte del Estado y se mata la instintiva ilusión de ser madre trascendiendo todos los tiempos, practicando mutilaciones afectivas e inundando de dolores intensos la sociedad.
Todo se le juega al mercado, a la oferta y la demanda y madres recorren el territorio con la voz en pleno desgarre ante las injusticias y ¿qué es una marcha más, de las tantas que se han hecho y que en la ciudad congrega a miles de mujeres reclamando al Estado y a su Instituto de Bienestar la aparición de sus hijos que les fueron arrebatados?
Las marchas siguen porque el abuso es galopante, convirtiendo en sinónimo: secuestro y adopción.
Escrito por : Hernando Urrutia