El caso de Rosa Elvira Cely en los últimos días ha provocado un gran escándalo por el concepto que emitieron dos abogadas de la secretaria de gobierno, respecto a una demanda que realizó la familia desde el 22 de agosto del 2014. La familia de Rosa Elvira presentó ante las autoridades una demanda contra la fiscalía, la policía y las secretarías de gobierno y salud del distrito ya que no hicieron nada para evitar que ella falleciera, luego de que llamara a la línea 123. La ambulancia al fin nunca llegó, y ella fue recogida en un taxi que la llevó a una clínica donde tampoco la atendieron. Debido a esto se perdió mucho tiempo que hubiese podido salvar su vida. En estos hechos se basa la demanda.
Las abogadas en su concepto afirmaron que todo este hecho fue culpa de Rosa Elvira, que todos sabían que el asesino (Javier Velasco) tenía comportamientos raros, y que eran tildados de malosos él y un compañero llamado Mauricio Ariza. Este último también salió esa noche con Rosa Elvira. No obstante lo anterior -dicen la abogadas- Rosa Elvira salió a departir con ellos, se tomaron unos tragos y más adelante -dice el concepto- su decisión de irse con Velasco al parque Nacional, ya que él se ofreció a llevarla en su moto. Según esta en el expediente Velasco se desvió, la llevó al parque Nacional, la golpeó con el casco y la abusó, destruyendo después sus intestinos. Los médicos lamentaban mucho tanta sevicia, sin embargo según el concepto de las abogadas, Rosa Elvira decidió arriesgarse yéndose con él a este sitio, y anota:
“Si Rosa Elvira no hubiera salido con los dos compañeros de estudio después de terminar sus clases en horas de la noche, hoy no estuviéramos lamentando su muerte”.
Esta última fue la frase sentenciosa de la abogada Luz Estela Bobada y de Nayibe Carrasco. Las dos profesionales del derecho que hicieron este concepto que se conoció hace algunos días por parte del diario El Espectador, y en los medios de comunicación.
Este concepto tiene “contra la pared” al secretario de gobierno Miguel Uribe, que dice que no lo conocía, que no le comentaron y que lo hicieron a sus espaldas.
Fotografía: El Espectador
