El Metro Elevado podría salir muy caro

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El plan del alcalde Enrique Peñalosa para el metro elevado se consolida. Esta semana se designó a Systra, una empresa francesa, para ajustar la primera línea del sistema férreo a las directrices en movilidad del Distrito. Mario Torres Suárez, quien por cuatro años y hasta hace un mes fue presidente de la Sociedad Colombiana de Geotecnia y ha seguido de cerca el proyecto, le explicó a El Espectador los riesgos de un metro elevado teniendo en cuenta las características del impredecible suelo de la ciudad.

Desde la geotecnia, ¿es mejor el metro elevado o el subterráneo?

Un subterráneo se comporta mejor. Obviamente, eso no tiene que ver con el tema de costos y la coyuntura financiera, que es lo que preocupa al Gobierno en este momento. Frente a una amenaza sísmica —y Bogotá la tiene de intermedia a alta en algunas zonas—, una estructura subterránea se va a mover al mismo ritmo del suelo, mientras que una elevada trabaja como un péndulo invertido, es decir, es la estructura más esforzada frente a una carga sísmica.

¿Cómo ve el anuncio del Distrito de que el metro será alto y esbelto?

Las estructuras que más trabajan en un sismo son las altas y esbeltas, porque no tienen la rigidez necesaria para que su comportamiento sea el adecuado. Eso va a llevar a que estas estructuras se deban hacer más robustas. Así, los costos no van a ser tan bajos como se está pensando. Entre más alta y esbelta es más exigida por una amenaza sísmica y, por lo tanto, su análisis y diseño se vuelven más complejos. Es lo que los ingenieros llamaríamos una estructura hiperestática, y en eso no tenemos mucha experiencia en Bogotá ni en el país.

¿Los costos del elevado podrían igualarse con el tiempo a los del subterráneo?

Los problemas que tiene una estructura en subterráneo ocurren durante su construcción, y una vez superados la estructura va a tener una vida útil de 100 años sin problemas, obviamente con mantenimientos, mientras que una estructura elevada, sobre los suelos complejos de Bogotá, podría llegar a tener problemas durante su vida útil, como está ocurriendo ahora en Ciudad de México. Allí tienen que estar haciendo cierres y reparaciones permanentes por los asentamientos (hundimientos) excesivos en algunas zonas. Hay que tener en cuenta cuál puede ser el costo de todas las reparaciones que hay que hacer durante la vida útil de la estructura.

¿Cómo son los suelos del trazado de la primera línea del metro?

En el occidente los suelos son granulares, lo que llamamos suelos aluviales, producto del río Bogotá y los ríos Tunjuelo y Fucha. Son difíciles, potencialmente licuables, es decir, en un sismo pueden llegar a perder su capacidad de soporte. El centro de Bogotá tiene suelos más duros y estables. Hacia el norte encontramos la complejidad de arcillas excesivamente blandas que son prácticamente únicas en el mundo. Éstas se van deformando con el tiempo y eso es lo que ha llevado, en parte, a los problemas con la troncal de la Caracas, con los que llevamos más de 12 años y que no se han podido solucionar.

¿Los hundimientos pueden ser un problema futuro del metro elevado?

Por supuesto. La probabilidad de que haya hundimientos complicados es altísima. De hecho, muchas edificaciones recientes de Bogotá tienen ese problema. Además, vamos a tener una sola línea de metro, y si se tienen que atender hundimientos, entonces no tenemos una vía alterna, como en otras ciudades donde ya hay varias líneas y se cierra una pero las otras funcionan. Eso es algo que la ciudad no ha analizado de la forma adecuada.

Pero en Medellín hay un metro elevado que ha funcionado bien.

Las condiciones del subsuelo en Medellín son mucho más estables, pero no es totalmente acertado que haya funcionado bien todo el tiempo. Durante estos 20 años han tenido que atender muchos problemas de estabilidad local y hacer reparaciones.

¿Cómo disminuir esos riesgos?

Se debe caracterizar con mucha rigurosidad todo el terreno por el que debe pasar el metro, lo cual, en la consultoría tradicional, requeriría bastante tiempo.

¿Cómo evalúa los estudios para el metro subterráneo hechos en la administración anterior?

Fueron muchos los puntos a favor en el sentido de que se consideraron aspectos relevantes del comportamiento de nuestros suelos. Se llevó a cabo la campaña de exploración geotécnica más intensiva que se ha hecho hasta hoy en Bogotá.

¿Es arriesgado que el Distrito diga cómo va a ser el metro elevado sin hacer los estudios del suelo?

Por supuesto. Es básicamente lo mismo que se le criticó al anterior Gobierno, que se dice que impuso el subterráneo sin haber hecho estudios. Luego se realizaron y se validaron por entidades del mayor prestigio. Ahora, por la coyuntura económica, se toma una decisión en otro sentido, pero corremos el riesgo de que se esté imponiendo sin haber hecho los estudios primero. Yo llamaría a la reflexión y a ver la posibilidad de que, una vez se tengan esos estudios, la ciudad se dé la oportunidad de hacer un análisis comparativo para definir cuál de las dos es la mejor alternativa. Ya hemos esperado 50 años, sería preferible esperar un poco más a que la situación financiera mejore, y no hacer una obra que traiga problemas.

Post source : El Espectador

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