Su figura se notaba a leguas y por eso le decían el telescópico porque a lo lejos se veía que era un lagarto
Su envidia era también con aquellos que siendo de su especie si habían conseguido muchas cosas por su transparencia que hacía que no se notara que eran lagartos.
Lo que si se preciaba era que tenía un olfato para buscar las ventajas y acertaba en asistir a donde le convenía y uno podía apostarle a dividendos favorables si se arrimaba adonde el lagarto del cuento estaba.
Su oportunismo era legendario frente a otros lagartos de igual tamaño que no conseguían lo que nuestro personaje conquistaba.
Tenía un alto grado de adaptabilidad y una simpatía acompañada de un camuflado discurso que esgrimía según las circunstancias.
Bravo para gritar arengas en los mítines políticos, avezado orador en las tertulias sociales al igual que desparramado en lágrimas en los velorios o solemne en los actos protocolarios. poseía la habilidad de apropiarse de los esfuerzos de los demás y presentarlos como suyos y alta capacidad para practicar lo que otros animales denominaban lambonería, por eso no era raro que tuviera inconvenientes con los otros animales que sufrían los “logros” que este lagarto se adjudicaba sin vergüenza alguna: la fortaleza del león, la habilidad para cazar del tigre, la destreza de volar del Águila, en fín quien no lo conociera terminaba creyendo que todas las especies le debían la existencia.
Pero no le era suficiente porque muchas cosas lo ponían en evidencia: unas veces estaba con los venados y otras con sus depredadores y tenía que hacer mucho esfuerzo para conciliar a los descontentos.
Sin embargo ahí iba, pendiente siempre de cómo sacar ventaja a los espacios que conseguía y en donde siempre estaba bien arrimado, es decir sabía arrimarse.
Sólo le faltaba una cosa: ser transparente para que nadie lo pudiera detectar y así completar su sueño de triunfar en la vida y no ser molestado, perfeccionar su servilismo y mostrarlo como servicialismo, disimular su oportunismo y exhibirlo como utilismo, perfeccionarse en el arte de hacerle eco a los planteamientos y generar convencimiento del animal que estaba liderando alguna causa o empresa, elevar al cuadrado la generación de confianza depositada en él para lograr vencer a los otros lagartos y al resto de animales sin lograran detectar su lagartería. En fín así iba por la vida construyendo su destino con los destinos ajenos y lo podía ver uno en todas las partes en donde pudiera haber oportunidades, sin perder la ocasión de enseñarle a sus lagarticos como defenderse en la vida. Más sobretodo y sin embargo el gran anhelo seguía siendo convertirse en un saurio transparente.
Foto: Tomada de Pngtree con navegador Google, en donde manifiesta que su uso es gratuito: Lagarto verde gratis PNG y Clipart
Foto: Tomada del Facebook de Hernando Urrutia