Por: María Mercedes Maldonado
Caen licencias e iniciaciones, sobre todo de vivienda social
Desde el inicio de 2016 el vicepresidente Vargas Lleras, el Ministerio de Vivienda de Henao y la alcaldía de Peñalosa anunciaron con bombos y platillos que por fin volvía la vivienda a Bogotá e hicieron ferias, ruedas de prensa, eventos y cocteles para anunciar que ahora sí había despegado la construcción, anuncios que se sintetizan en el siguiente trino de la ERU y que sirven para ambientar la presión urbanizadora de Peñalosa sobre la Reserva Thomas van der Hammen, el resto del suelo rural del norte y la zona de protección y manejo del Río Bogotá.
Por su parte, por la misma época el exministro Luis Felipe Henao hizo la ronda acostumbrada por los medios de comunicación para decir que en la anterior administración no se había hecho nada y que ahora todo cambiaría.
Entre enero y agosto de 2016, último corte de cifras del DANE, se han licenciado 42 viviendas de interés prioritario (VIP) en la ciudad, así como lo oyen -o leen-: 42
Las cifras del DANE desmienten los anuncios de Vargas Lleras, Henao, y Peñalosa. Ni se acabó la vivienda en Bogotá en los años anteriores y mucho menos se ha disparado la construcción con la llegada de Peñalosa. Como la política de vivienda hay que evaluarla por la construcción de vivienda de interés prioritario (o VIP, que tiene tope de precio de 70 salarios mínimos mensuales) y también de vivienda de interés social (VIS, con tope de 135 salarios mínimos mensuales), revisemos los datos . Entre enero y agosto de 2016, último corte de cifras del DANE, se han licenciado 42 viviendas de interés prioritario (VIP) en la ciudad, así como lo oyen -o leen-: 42, luego de que en 2014 se licenciaron 6.543 y en 2015 3.279 viviendas de este tipo, que son las que permiten acceder a una vivienda a los hogares de más bajos recursos. Las licencias de VIS caen en un 34%.
Las iniciaciones del primer semestre también son una de las más bajas de los últimos años: 1.177 VIP y las de VIS se reducen en un 22%. Si no se deciden a dar pronta continuidad a los proyectos que dejó la anterior administración, 2016 será uno de los peores años en materia de vivienda social, y el repunte estará dado por la vivienda de más alto precio que ahora volverá a tener subsidios a la tasa de interés. Aún así ese repunte va lento, en contra de los anunciados 80.000 subsidios y de la insistencia en la supuesta llegada de la vivienda a Bogotá.
Durante los 4 años del gobierno anterior (2012-2015) se licenciaron 63.027 viviendas VIS y VIP (el DANE solo empezó a discriminar sus datos en los dos últimos años) y se iniciaron 27.905 VIS y 19.121 VIP, y aún queda un remanente de 27.739 viviendas, que deberían estar en proceso de iniciación, pero no lo muestran las cifras. La vivienda de mayor precio mantuvo su dinámica. Entonces no se sabe de dónde salieron los argumentos sobre el desplome de la construcción y que los constructores se fueron a otras ciudades, excepción hecha de Soacha, situación que comento a continuación. Además quedaron proyectos aprobados o en curso para unas 7.000 VIP adicionales, algunos de los cuales no le gustan al equipo del Alcalde Peñalosa, por estar bien localizados en el Centro Ampliado.
Durante el gobierno de Petro hubo una caída de la construcción de vivienda de alrededor del 9% respecto a los dos gobiernos anteriores, no la debacle de la que habla Henao, reducción que se explica principalmente por la decisión del Ministerio de Vivienda en 2009 de llevar la vivienda de interés social y prioritario de Bogotá a Soacha, apoyado por la administración de Samuel Moreno. También por la reducción de los subsidios a la tasa de interés o por múltiples bloqueos para otorgar los subsidios para víctimas a los que se comprometieron ante la Corte Constitucional y, por último, el comportamiento del ciclo de la construcción.
Hasta 2009 en Soacha se iniciaban alrededor de 2.500 viviendas por año, número que desde 2010, por efecto de los macroproyectos nacionales, empieza a crecer hasta llegar a 17.922 en 2013
Desde 2009 no es posible analizar a Bogotá independiente de Soacha y Luis Felipe Henao lo sabe bien, porque ese año el Ministerio aprobó el Macroproyecto Ciudad Verde de la firma Amarilo, al cual se sumaron otros grandes proyectos hasta llegar a 140.000 viviendas, que duplicarán la población de Soacha y de las cuales se ha iniciado el 50%. Las tablas abajo muestran que hasta 2009 en Soacha se iniciaban alrededor de 2.500 viviendas formales por año, número que desde 2010 empieza a crecer hasta llegar a 17.922 en 2013, la mayoría vivienda de interés prioritario. Ese año es el momento más bajo de iniciaciones en Bogotá, porque la mayoría de constructores habían comprado tierra en Ciudad Verde o estaban involucrados en los demás proyectos existentes en ese municipio. En 2014 y 2015 se empieza a revertir esa situación y a crecer la vivienda la VIP en Bogotá, con iniciaciones de las más altas de los últimos años, situación que parece cambiar en 2016, donde las iniciaciones de VIP en Soacha triplican las de Bogotá.
Mientras el exMinistro Henao se quejaba por la expulsión de la población pobre de Bogotá a Soacha en 2015 aprobó aumentar a 49.000 el número de viviendas del Macroproyecto Ciudad Verde, que inició con una autorización de 36.000. Mientras el gobierno nacional ha promovido la vivienda en ese municipio (y lo sigue haciendo) y ha presionado por diversos medios la oferta de agua, políticamente les cae muy bien decir que es por culpa del último gobierno de Bogotá que los hogares más pobres fueron obligados a salir de la ciudad. Y los medios repiten lo que Henao dice, sin siquiera revisar las cifras.
Mientras el gobierno nacional ha promovido la vivienda en Soacha, y lo sigue haciendo, políticamente les cae muy bien decir que es por culpa del último gobierno de Bogotá que los hogares más pobres fueron obligados a salir de la ciudad
Hay por lo menos dos explicaciones posibles a la caída de las cifras de construcción de vivienda social en Bogotá: que el nuevo gobierno ha frenado licencias e iniciaciones para reportarlas luego como realización de su Plan de Desarrollo, y esa sería una noticia relativamente buena, pero está también la mala, que no está dentro de sus prioridades hacer VIP y que la mantendrán en Soacha y Mosquera, en consonancia con su modelo expansivo y segregador. De hecho la publicitada Ciudad Paz de Peñalosa incluye un número importante de hectáreas en esos municipios. A pesar del arranque con ese pobre desempeño y de sus bajas metas en vivienda, el Alcalde está empeñado en urbanizar la Reserva Van der Hammen y todo el suelo rural del norte, y también la zona de manejo y protección del Río Bogotá, en lo que parece ser solo una gran operación inmobiliaria especulativa para producir cambios en los usos y en los precios del suelo. Por lo pronto, la excusa de ofrecer vivienda social parece ser tan débil como la de la necesidad de las vías que atraviesan la Thomas van der Hammen para desembotellar el norte.